Paco y Chuchi son los bodegueros de LAN. Ellos son, además, los transmisores de antiguas tradiciones de los viticultores riojanos, que seleccionaban su vino favorito y lo reservaban para consumo propio. Inspirándonos en esa tradición nació LAN D-12, nuestro vino más singular.
Durante la época de fermentación del vino se produce una explosión de aromas. Y año tras año, hay un depósito que se convierte en el favorito de nuestros bodegueros. LAN D-12 simboliza ese tributo al depósito número 12; a esa ubicación tan especial, custodiada por nuestro equipo. Un criterio de selección por el potencial mostrado durante la elaboración que hace que cada edición de LAN D-12 pueda proceder de distintas parcelas.
En la etiqueta
El homenaje a nuestros bodegueros está presente en la etiqueta principal con un borde rasgado y ribetes en tono amarillo en referencia al papel reciclado que se usa en bodega. Los datos informativos sobre el vino (añada, graduación, origen, etc.) están escritos a mano por Paco y Chuchi, que también han plasmado su firma en señal de visto bueno final. La tirilla inferior negra refuerza el concepto de selección del depósito, donde se indica la edición del vino y su procedencia.
Tradiciones compartidas
Paco y Chuchi tienen las mismas aficiones en su tiempo libre. Disfrutan del campo y de la huerta, en la que cultivan tomates, lechugas, cebollas y otras verduras de la tierra, una costumbre muy arraigada y que convierte a la gastronomía riojana en todo un referente.
Paco y Chuchi han dejado una gran impronta en LAN desde la fundación de nuestra bodega, en el caso de Chuchi, y desde hace 22 años, en el caso de Paco. Sus hijos, Pedro y Fabián, la siguiente generación, ahora los acompañan en LAN, para así conservar los vínculos y tradiciones de una saga vitivinícola.