Parece que quedan muy lejos los momentos de ajetreo en el viñedo y la bodega, las miradas al cielo rogando que el tiempo acompañe, la supervisión de tareas y aperos o la recogida de uvas para su muestreo. La vendimia es tiempo de sobresaltos donde gran parte de los esfuerzos de todo el año se pueden ver alterados por las condiciones climatológicas.
La pasada vendimia ha sido una de las más madrugadoras en la historia de Viña Lanciano, finca que por su tipología y enclave marca el pistoletazo de salida de la recogida de uva en Rioja Alta cada año. Este año daba comienzo el 4 de septiembre con la vendimia del Tempranillo, finalizando el día 21 de septiembre con una de nuestras variedades más interesantes, la Graciano.
La cosecha de este año ha estado marcada por unas condiciones climatológicas complejas. La fuerte sequía de primavera y verano parecía que nos llevaba a uvas con alto grado alcohólico y una madurez fenólica más retrasada. Gracias a las lluvias de finales de agosto, la planta se reactivó y contribuyó a conseguir un buen equilibrio madurativo entre azucares y compuestos polifenólicos.La maduración fenólica es uno de los factores claves en la calidad de la uva dado que nos indica el estado óptimo de compuestos como los taninos o antocianos que nos van a aportar la mayor parte de aromas del vino.
El buen estado vegetativo del viñedo y una sanidad impecable han sido fundamentales para obtener vinos con muy buena intensidad aromática, estructura, color y polifenoles adecuados para la crianza.
Cabe destacar que durante este 2017 se han recogido en Viña Lanciano 372 mm de precipitaciones, frente a la media de los últimos 7 años de 444 mm y una temperatura media de 14ºC, frente a los 13.2ºC de media del 2010-16.
El balance de la cosecha de 2017 está siendo muy positivo respecto a la calidad de los vinos elaborados, para lo que ha resultado clave realizar un exhaustivo control del viñedo por parte de todo nuestra cuadrilla de campo liderado por José Lopes, que durante todo el año ha realizado una viticultura respetuosa con el entorno y desde esos primeros días de septiembre, ha llevado a una labor minuciosa de recogida manual en pequeños cestos para evitar roturas inoportunas en la piel de uva. Uvas que recién llegadas a bodega, son doblemente escogidas en mesas por nuestro equipo de selección, que un año más ha trabajado de sol a sol para elegir la mejor materia prima que compondrá los futuros y posibles Viña Lanciano, LAN A Mano y Culmen.
Ahora es tiempo de controlar la fermentación maloláctica en roble nuevo de los vinos que proceden de la finca Viña Lanciano, para analizar su evolución y su potencial.
Porque es #MuyLAN cuidar de cada pequeño detalle …