El Puente Mantible es el puente más antiguo de Logroño, hoy en ruinas. Situado en el barrio de El Cortijo, en un meandro del río Ebro, unía ambas orillas y, según los historiadores, fue uno de los pasos con más tránsito en la época romana hacia el centro alfarero ubicado en Tritium Magallum, hoy Tricio. Su nombre es común, puesto que Mantible hace referencia a su estado “antiguo”.
Ubicado al norte de nuestro viñedo, a tan sólo 7 kilómetros de Logroño, ya fuera obra del Imperio Romano en el siglo II o del Reino de Nájera-Navarra, en el siglo XI, hoy solo quedan sus ruinas como testigo maltrecho de un antiguo esplendor. Cuenta la leyenda que fue el propio Carlomagno el que cruzó este magnífico puente, que tuvo unas dimensiones colosales, con 7 arcos de medio punto, una longitud de casi 170 metros, con 5 de anchura y hasta 30 de altura. Actualmente se conservan únicamente dos de sus arcos, que desde nuestros inicios ilustran la etiqueta de Viña Lanciano, nuestro vino más emblemático.
El Puente Mantible es una de las pocas construcciones romanas que quedan sobre el suelo en La Rioja. Como Monumento Nacional, declarado Bien de Interés Cultural en 1983, es objeto de estudios sobre su origen y sobre su intervención para preservarlo. Uno de ellos recoge el detalle de que uno de los arcos, el más próximo a nuestro viñedo, fue devastado por una voladura militar, lo que parece demostrar que esta gran infraestructura fue objeto de múltiples ataques y saqueos.
Parece ser que su destrucción pudo ser provocada por condiciones naturales como terremotos o crecidas del río. Esto originó la búsqueda de un nuevo lugar de paso y se construyó en el siglo XI el conocido Puente de Piedra o Puente de San Juan de Logroño.
Como tributo a este puente cargado de leyenda, hemos renombrado tres de nuestras parcelas de Viña Lanciano, las más próximas a sus ruinas, con su nombre. De una de ellas, Mantible Ecológico, procede nuestro vino LAN Xtrème, que refleja nuestra filosofía de cuidado extremo de la materia prima y su ecosistema natural.