El vino se bebe en copa por una razón muy simple: cualquier vino encierra cientos de sustancias volátiles y aromáticas que, sin la ayuda de una copa, se perderían en el aire y con ellos el carácter del vino.Y si decimos ayuda, es porque la copa funciona como amplificador de sensaciones. Cuando olemos el proceso que tiene lugar es que al aspirar, introducimos aire en nuestra nariz que tiene unos receptores de los compuestos volátiles que van a mandar una señal al cerebro, reconociendo así los diferentes aromas, es decir la copa nos ayuda a retener esos aromas y enviarlos a nuestras fosas nasales…
La parte más importante es el cáliz o corazón. Así se llama la parte de vidrio que contiene al vino. Si uno lo mira con detenimiento no se trata de un recipiente corriente: tiene una proporción más o menos estándar entre la altura y el ancho (1,5 por 1) y además ofrece una cintura más ancha que la boca, buscando la concentración de aromas.
En ese punto central de la copa es donde la superficie de vino es grande y por tanto ofrece un área de evaporación mayor. Porque para que los aromas se volatilicen y le impriman carácter a un vino, precisan de una porción de aire. Y si la copa no se llena hasta arriba es para lograr que se forme una cámara aromática. Eso explica, de paso, la obsesión, a veces maníaca, de muchos aficionados por marear el vino en la copa: más gira, más intercambio tiene lugar con el oxígeno, más aromas se liberan. Aromas que, concentrados luego hacia la boca de la copa, potenciarán las sensaciones del vino, de forma que ahí se produce un efecto amplificador y aumenta el placer.
Os damos unas pistas sobre las copas con las que mejor puedes disfrutar nuestros vinos:
Para nuestro LAN Gran Reserva, nos decantamos por la nº1 una copa ancha, de corazón amplio y boca grande, los aromas terciarios de buena crianza en botella irán apareciendo suavemente debido a su gran corazón, y la boca ancha dejará que la complejidad aromática no inunde en exceso nuestro epitelio olfativo. Una copa para disfrutar muy despacio de un gran vino de Rioja.
Para LAN Reserva y LAN D12 nos vamos a la copa nº2, un poco más pequeña de corazón y de boca más cerrada, tenderá a la concentración de aromas. Los aromas primarios aparecerán en primeros planos y la concentración favorecerá una suave complejidad que combinará la fruta con la excelente crianza.
Culmen nos pide la copa nº3 de gran corazón y boca estrecha, una copa grande donde el vino tendrá mucha superficie de contacto con el oxígeno, pero una boca estrecha activará un “efecto chimenea” de concentración que amplificará la extraordinaria sensación olfativa del vino. Aromas de frutas, grandes tonos de crianza y excelentes aromas de reducción revolotearán por la copa a la espera de una olfacción a través de su estrecha boca.. un placer concentrado.
Viña Lanciano y LAN A Mano los disfrutarás estupendamente bien en la copa nº4 de corazón medio y boca estrecha, alta con efecto concentrador de aromas, los aromas primarios saltarán en su interior buscando escaparse y bien envueltos en la dulzura de la crianza. Esta es una copa para dejar respirar bien al vino, y que se muestre en toda su corpulencia.
Terminamos con nuestro LAN Crianza, una bomba de fruta que pide la copa nº5, de tamaño más pequeño, corazón más estrecho y boca estrecha potenciará los aromas a excelente fruta roja.
Esperamos haberos ayudado a la hora de elegir la copa de vino, y recordar que lo más importante es disfrutar del vino, en cualquier copa…